The times they are a-changin’
Como
cada año en los últimos dieciséis, tenía preparado un editorial que normalmente
abre el catalogo del Festival de Cine de Pamplona – Iruñeko Zinemaldia.
Digo
"tenía" porque en el último momento me he visto
obligado a cambiarlo, dadas las circunstancias.
Tenía
preparado un editorial en el que mostraba la esperanza, la mía y la de mi
equipo, de que tras años de inmovilismo y de poco respeto hacia quienes actuamos
en esta pequeña Ínsula de Barataria como promotores de actividad cultural, de
que algo iba a cambiar. Tenía la esperanza.
Tenía
titular y todo, The times they are
a-changin’, con el permiso del maestro Bob Dylan, claro, entre otras cosas,
y aunque ya tengo años como para no creer en cuentos de hadas, creía que
efectivamente "los tiempos van cambiando".
En
el último momento me he decidido a mantener el título, aunque el cuerpo me
pedía otro más acorde con las circunstancias; no sé, algo mas como: "Estoy
hasta los mismísimos…", por ejemplo.
Y
aunque lo estoy, me he dado cuenta que el título de esa vieja canción de Bob
Dylan vale lo mismo para un roto que para un descosido, únicamente que en este
caso, y en lo que a los pobres promotores culturales de estas tierras atañe,
"los tiempos van cambiando" a peor.
Veréis,
dejo estas reflexiones negro sobre blanco, a una semana escasa de que dé
comienzo la XVI edición del Festival de Cine de Pamplona – Iruñeko Zinemaldia,
semana en la que el Departamento de cultura del Gobierno de Navarra nos ha
comunicado la resolución de la convocatoria de ayudas lanzada en el mes de
julio. No está mal, ¿eh? Casi tres meses para resolver un expediente de seis
solicitudes, donde cinco han resultado agraciadas y una de ellas ni siquiera
hubo que valorarla, ya que no cumplía los requisitos para entrar en la misma.
Claro que también tardaron seis meses en lanzar la susodicha convocatoria, eso
sí, nosotros, los promotores culturales, tuvimos escasamente veinte días para
presentar nuestros proyectos. "Si ya lo tenéis hecho", "si lo
hacéis cada año"… nos dijeron. Y allí nos ves, la víspera de San Fermín
entregando una documentación que durmió el sueño de los justos hasta bien
entrado septiembre. Como cada año.
Con
nuestro Ayuntamiento no nos ha ido mejor. Cuando mancho este folio juntando
palabras, la convocatoria correspondiente lanzada por el área de cultura –en el
mes de abril, para variar– aún no ha sido resuelta. No, no alucinéis, que ya
viene siendo habitual en los últimos años.
Mientras
tanto tuvimos que seguir trabajando y organizando el Festival como si
supiéramos qué presupuesto teníamos para gastar, y al final nos encontramos con
la sorpresa de que tenemos menos dinero todavía que en años anteriores; o sea,
a poner pasta una vez más.
Porque
a estas alturas del partido, cualquier persona normal, "con dos deditos de
frente", se habrá dado cuenta de que organizar este y otros eventos
similares requiere de trabajo y dedicación repartidos a lo largo de todo el
año.
La
cosa no apuntaba bien desde el principio, ya que además de convocar tarde, las
bolsas destinadas a las ayudas del Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de
Pamplona eran escasas. En el caso de la Administración foral se destinaba una
bolsa irrisoria de treinta mil euros para certámenes de cine y teatro. Sí,
habéis leído bien: 30.000 euros. Quince mil para entidades sin ánimo de lucro,
y otro tanto para empresas culturales. Se da la circunstancia de que las
empresas culturales salen a la postre peor paradas en el reparto de fondos.
Esto merece una parada y reflexión específica. Desde la Administración foral se
lleva años trabajando en la línea de dejar a la cultura en manos de entidades
sin ánimo de lucro. Es evidente, la propia Ley de Mecenazgo orquestada a bombo
y platillo por el anterior ejecutivo deja fuera de todos sus posibles o
supuestos beneficios a las empresas culturales. Desprofesionalizar el sector
parece ser el objetivo. ¡Toma emprendimiento!
No
es el sitio para hablar de cómo las comisiones de valoración han tratado el
proyecto del XVI Festival de Cine de Pamplona – Iruñeko XVI Zinemaldia, siendo
uno de los más antiguos de la Comunidad, llevando proyecciones a distintos
puntos de su geografía, y con un número de espectadores difícil de superar por otras
propuestas, siendo pionero y manteniendo líneas de trabajo dirigidas a la
inclusión de públicos, como es el caso de las personas con discapacidad. No es
el sitio para hablar de cómo nos han tratado –que, por cierto, ha sido muy mal–
pero sí es el sitio y el momento de demandar un poco más de respeto.
Respeto
a quienes han tirado y tiran del carro apostando su tiempo y su dinero en los
proyectos culturales. Respeto a quienes han levantado año tras año proyectos en
los que el dinero público no es la principal fuente de financiación. Respeto a
quienes han sobrevivido al desdén de algunos políticos que han calentado
asientos en las áreas de cultura sin entender ni atender nada de nada.
Como
ya he dicho, no tengo edad para cuentos de hadas, pero algunos esperábamos que
se abordaran las cosas de otra manera, y no sólo en las formas, que también.
Qué carajo, es lo que nos habéis vendido. Ahora sólo os queda cumplirlo.
Sí,
ya sé, me vais a decir que si todos están igual, que si acabamos de llegar, que
si las convocatorias ya estaban hechas antes de los cambios de gobiernos, que
si no hay dinero, que si los funcionarios del área están a tope…
Nada
de eso me hace feliz. Mal de muchos es epidemia. Ninguna excusa es lo
suficientemente buena como para paliar la sensación de falta de respeto que se
nos muestra.
Dimas Lasterra
(Director del Festival de Cine de Pamplona)
Ánimo, Dimas. Como decía Marty Feldman en El Jovencito Frankenstein "Podría ser peor... podría llover". Salú.
ResponderEliminar¡Hola Dimas!,después de leer tu carta comentario, tengo que decir que si,que todo lo que explicas al detalle es cierto,en lo que a ayudas a festivales, certámenes de Cine se refiere.
ResponderEliminarPero en el tema de ayudas a largometrajes, mediometrajes, y cortometrajes,yo también he visto muchas injusticias, por llamarlo de alguna manera, proyectos con unas ayudas exageradas,otros desaparecidos después de haber pasado años, si aňos, no uno ni dos ni tres...
¡¡Vergonzoso!!, y menudas ayudas, no me voy a extender más, total, en este tema te digo que estoy muy al día, y es penoso,lo que no es normal, es que para un mediometraje la ayuda sea de 35.000 euros, y para un festival de cine que funciona desde hace 16 aňos, creo, le den una limosna que no llega a los 3.000 euros.
Un saludo
Íňaki Asín.